Los pagarés son un medio de pago muy utilizado por las empresas españolas, ya que les facilitan realizar sus operaciones comerciales y tienen ventajas añadidas, como poder acceder a financiación a través del descuento de pagarés.
Pero no todos los pagarés son iguales. Existen diferentes tipos que, según la forma elegida a su emisión, les conferirán distintas características que es necesario conocer. A continuación te presentamos las cuatro principales diferencias existentes entre los pagarés a la orden y los pagarés no a la orden:
- Endoso. El pagaré a la orden puede ser endosado mientras que el pagaré no a la orden no puede, sino que tiene que ser transmitido mediante cesión de crédito. El primer caso facilita enormemente la utilización del pagaré para poder lograr financiación antes de la fecha estipulada de cobro.
- Necesidad de notificación. La transmisión de un pagaré a la orden no precisa ser notificada al firmante, mientras que la cesión de un pagaré no a la orden debe ser comunicada necesariamente al emisor mediante burofax o ante notario. Así, la transmisión del pagaré no a la orden es más difícil y se añaden costes en el proceso.
- Cobro por vía ejecutiva. Una de las grandes ventajas de los pagarés a la orden es la facilidad a la hora de reclamar el cobro en el caso de que el documento resulte impagado por el emisor. El poseedor de este documento, para ello, tras tratar de cobrarlo de forma amistosa, puede acudir a la vía ejecutiva. Esto garantiza un recobro mucho más rápido en la mayoría de ocasiones. Por el contrario, en el pagaré no a la orden, el receptor de este medio de pago pierde la posibilidad de reclamar el pago a través de la vía ejecutiva.
- Impuestos y tasas. A diferencia de los pagarés a la orden, los pagarés no a la orden no están obligados a tributar por el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, ya que no se realiza función de giro, ni siquiera en una operación de descuento. Al estar libres de timbre, se ahorran costes.