La historia del factoring o adelanto de facturas es mucho más larga de lo que en principio podemos pensar. Ya en la época de Mesopotamia, exactamente en el reinado de Hammurabi de Babilonia, se sientan las primeras bases que permitirán el desarrollo de este servicio, tan demandado en la actualidad por las empresas para convertir en financiación las facturas que emiten a sus clientes.
Los mesopotámicos fueron los primeros en desarrollar un registro empresarial que permitía asegurar el pago a tiempo de los trabajos realizados, una iniciativa básica para llegar a los que hoy en día conocemos como factoring.
Con todo podemos considerar que el factoring nació en la época colonial, alrededor del siglo XVII para facilitar el comercio entre Inglaterra y los actuales Estados Unidos de América. Los norteamericanos demandaban los preciados productos textiles ingleses, cuyos empresarios se veían sometidos a fuertes riesgos a la hora de cobrar sus facturas al otro lado del Atlántico.
Por ello, apareció en el Norteamérica una figura nueva muy similar a las actuales entidades financieras especializadas en factoraje, que asumían el riesgo comercial de estas operaciones y adelantaban el pago de las facturas a los empresarios de la exportación de Inglaterra.
Eliminación del riesgo y financiación a cambio de facturas es la base del servicio de factoring, que tomaba así forma en la época colonial inglesa y cuya naturaleza ha cambiado poco desde entonces, aunque sí se ha desarrollado de forma muy importante el volumen del mercado del adelanto de facturas, especialmente en Estados Unidos y en Europa.
La revolución industrial no hizo sino incrementar esta tendencia de los empresarios textiles de financiarse a través del adelanto de facturas. Era una época de importantes inversiones en tecnología y en materias primas para satisfacer la fuerte demanda, lo que ayudó a desarrollar la figura del factoring en la cultura financiera anglosajona.
Ya en el siglo XX, la factoring no hizo sino seguir desarrollándose, gracias al desarrollo de la industria en los florecientes Estados Unidos de América antes y después de la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo de la industria financiera durante las décadas de los años 70 y 80 llevó a la transformación del sector para tomar la forma actual, con sociedades mercantiles especializadas en el desarrollo de servicios de factoring y otras formas de adelanto de facturas, con procesos sólidos para la gestión de clientes, captación de capitales en los mercados financieros y gestión del riesgo.